miércoles, 30 de julio de 2014

BREVERISMOS. MIÉRCOLES 30 DE JULIO DE 2014

En esta calurosa mañana de julio me he encontrado enfrentado a la  tesitura de escribir una entrada sobre un hombre o sobre un animal. Y dado que los hombres, llegada la ocasión y como todos sabemos se comportan como animales –salvajes, claro está que no hay más que ver un telediario para comprobarlo- y los animales, también en ocasiones, se comportan como deberían hacerlo los hombres de verdad, pues he optado por hablar del escritor estadounidense Herman Melville y de Moby Dick, la ballena creada por él: dos en uno.
Herman Melville (1819 – 1891) fue un escritor estadounidense fracasado en vida, que pasaría a la Historia de la Literatura de la mano-aleta de su ballena, años después de muerto.


       Después de ejercer diversos oficios que le amargaron la existencia se embarcó en busca de aventuras, navegando en cargueros y balleneros, adquiriendo así la experiencia que vertería en sus escritos.
       Tras varias intentonas para embarcar lo consiguió en un ballenero hacia las Islas Marquesas, donde desertó… para caer en manos de una tribu caníbal. Sufrió una herida grave en una pierna durante su huída y permaneció un mes prisionero. Y si bien los caníbales no se lo comieron, fue vendido a otro ballenero que arribó por aquellos parajes y andaba escaso de tripulación. De escala en Tahiti fue detenido por amotinamiento y encarcelado durante unos meses, tras los cuales embarcó en un tercer ballenero… del que se despidió al llegar a Hawai.
       Finalmente embarcó en una fragata de la marina de los Estados Unidos en la que sirvió durante un año, hasta desembarcar en Boston, después de tres años y medio de ausencia de su país.


       Con los recuerdos adquiridos escribió una historia titulada Typee sobre su experiencia en el primer ballenero, su deserción y su estancia entre los caníbales, que tuvo un inesperado y moderado éxito que le animó a seguir escribiendo. Publicó cinco novelas más sobre el mismo tema… pero el interés del público empezó a decaer. Escritor irregular abordó distintos géneros literarios: cuentos, novelas poesía y ensayo, pero sin la suerte que esperaba. Sería en 1849 cuando le llegaría la gloria definitiva como una de los escritores clave del siglo XIX. Pero no en vida, ya que la historia de la ballena blanca tampoco tuvo aceptación en su inicio.
       Las obras de Melville eran complejas, pesimistas, difíciles de leer, razones por las que no fueron populares. En España Moby Dick se publicó por primera vez en 1949.


       Los lectores ya se habían cansado de libros de aventuras y viajes, pero Melville, obsesionado con la temporada pasada en los balleneros, siguió escribiendo sobre el mismo tema, hasta que en 1849, tras un viaje a Europa, comenzó la novela con la que alcanzaría la gloria póstuma.
       Moby Dick, la historia de la cacería de la ballena blanca (al ser la ballena un mamífero su captura se denomina así: caza, no pesca, puesto que pescado no es) sería su obra maestra y uno de los libros fundamentales de la literatura universal. Pero esta obra tampoco tuvo aceptación, y su estrepitoso fracaso comercial influiría psicológicamente en el autor, ya que, convencido en que era una obra excepcional, había puesto todas sus energías y esperanzas en ella.


       Acosado por las deudas aceptó un modesto trabajo en la aduana de Nueva York, que acabaría por amargar el resto de su vida. Aún siguió escribiendo, especialmente poesía, como el poema místico Clarel, compuesto por 16.000 versos, en el que narraba su experiencia en un viaje a Tierra Santa.
       Falleció en 1891, completamente olvidado, con su obra reconocida apenas por unos pocos amigos y lectores. Sería a partir de la mitad del siglo XX cuando sus libros encontrarían el lugar que les correspondían en la Historia de la Literatura, especialmente Moby Dick.

      

        Moby Dick ha sido y sigue siendo personaje no solo de la literatura para la que fue creada, sino también de cómic, cine, música, series de televisión y cuentos infantiles.


En el cine destaca la película que John Houston rodó en 1954 en Canarias, con las impresionantes escenas en las que el capitán Ahab-Gregory Peck, con su pata de palo, lucha a muerte con la ballena blanca, enredado en las cuerdas de sus arpones.


       Y ya sé, ya sé que se han hecho algunas más, y que Ron Howard ha rodado 2013 otra película dedicada a Moby Dick con el nombre de En el corazón del mar… pero como no me fío de la trampa de los efectos especiales. Así que me quedo con la de John Houston… y seguro que Howard también, aunque lo disimule.

       Melville escribió otra novela, esta vez corta, que también se mantiene fresca y jugosa en el tiempo: Bartlebly el escribiente, con la famosa frase de su protagonista: Preferiría no hacerlo, que es lo que respondía, muy educado, cuando en el trabajo le encomendaban alguna tarea que no le agradaba. Frase que he encontrado en inglés, idioma en el que fue escrita.


       Mi amigo Enrique Vila-Matas escribió una novela genial que titula Bartebly y compañía y que aprovecho para recomendar, pues está entre las mejores del escritor catalán.


       Por su parte, mi querido amigo Alfonso Galván tiene un cuadro titulado Ballena. Es de gran tamaño, óleo sobre lienzo de 190 X 320, espectacular, y nos presenta al hombre y la ballena. Y aquí os lo muestro ya que no lo hice en el monográfico que le dediqué hace un par de semanas.


       En cuanto a las publicaciones infantiles, fragmentadas en sus partes más importantes ya que la obra original tiene –creo recordar- cerca de 900 páginas, no recomiendo ninguna puesto que las editoriales las han publicado a cientos, dado lo atractivo del tema.


En cuanto a la música, hay un tal Richard Melville Hall que ha adoptado el seudónimo de Moby, ya que Herman Melville fue su tío bisabuelo. Es un compositor estadounidense de música electrónica pop, de 48 años 
       Pues bien, para mi sorpresa y hasta estupor, vi una entrevista que le hacían en televisión en el que confesó lo evidente, que había adoptado el seudónimo por la novela de su antepasado… ¡pero que no la había leído, porque tenía otros intereses! Ante tal estupidez no publico ninguna canción suya… y ya me estoy arrepintiendo de haber hablado de semejante cretino. En fin…


 Breverismos

 7399)  PREFERIRÍA NO HACERLO 3
-Preferiría no hacerlo –dijo Melville, imitando al protagonista de su novela Bartlevy el Escribiente… cuando su editor le dijo que tenía que corregir las 900 páginas de las pruebas de imprenta de su novela Moby Dick.

7577)  MELVILLE ODIA EL PESCADO
Tras el fracaso de su novela Moby Dick Herman Melville se negó a comer pescado… por mucho que su mujer insistiera que la merluza que ella cocinaba era pescado, y no mamífero, como la ballena.

7578)  VECINO GORDO
Tras el fracaso de su novela Moby Dick Herman Melville no volvió a acercarse al mar, es más, empezó a odiar a los gordos, especialmente a un vecino suyo que estaba como una foca, bueno, como una ballena... en este caso.

Nota: Por cierto, habréis observado que no he comentado nada del asunto de Jordi Pujol, pero es que supongo que ya estaréis suficientemente informados. Además, las cosas de chorizos las dejo para las charcuterías.


Como hoy la entrada me ha salido un poco larga, mañana procuraré que sea corta, para no agobiar… y eso que hoy empiezo a avisar que el mes de agosto me lo tomo de vacaciones blogueras, como el año pasado.

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