miércoles, 3 de julio de 2013

BREVERISMOS. MIÉRCOLES 3 DE JULIO DE 2013

SEGUNDA PARTE DE  “I MODI”

El pintor Agostino Carracci (1557-1602) conocedor de las amenazas de cárcel y excomunión para todo aquel que reeditara el libro I Modi, con las 16 posturas sexuales dibujadas por el pintor Giulio Romano (1499-1546) junto a versos del poeta Pietro Aretino (1492-1556), decidió actuar con precaución. Así que editó en la segunda mitad del siglo XVI, ya fallecidos Aretino y Romano, otra serie de parejas en plena acción sexual… pero consciente del peligro que entrañaba  exponer y divulgar estos grabados, camufló a las parejas con nombres de personajes mitológicos.  

Esta era una de las excusas que más a menudo se utilizaban para representar escenas de sexo en el arte: los personajes mitológicos pasaban, con mayor o menor reticencia, la siniestra censura eclesiástica. Y si bien no las admitía, al menos no las perseguía con tanta dureza  que cuando los personajes dibujados eran simples humanos. En pocas palabras: hipocresía absoluta, pues se tiene constancia de que los mejores coleccionistas eran los cardenales.


Estas series de dibujos eróticos se pusieron de moda en Italia y tuvieron tal demanda que hasta se exportaron al extranjero. Los vendedores los ofrecían solamente a sus clientes de confianza, y éstos los exponían en gabinetes privados para enseñarlos solamente a sus amistades.



Incluso se vendían cambiando la portada por otro título de cualquier tratado, ya fuera de agricultura, mineralogía o como una obra de la literatura clásica… con las dieciséis láminas eróticas camufladas dentro.


Así Marte y Venus, por ejemplo, podían retozar más o menos tranquilos al no ser humanos… y todos tan contentos al no ser tan severa la amenaza vaticana.


Y hasta se llegaron a vender con portadas de conocidos libros piadosos y edificantes.

Las ilustraciones del I Modi del conde Maximilien de Waldeck

El conde de Waldeck (1766-1875… no, no me he equivocado: vivió 109 años) era cartógrafo, artista, anticuario y explorador. Y aseguró haber encontrado un ejemplar de I Modi, el libro de Aretino, en un convento (buen sitio para guardar un ejemplar del libro) cercano a Palenque, en México. Con el libro en su poder lo reeditó con nuevas ilustraciones. Pero la noticia extrañó a los expertos pues se sabía que el Vaticano había destruido todos los ejemplares existentes, y que solo se conservaban los fragmentos del Museo Británico.
A pesar de las dudas, lo cierto es que las posturas de esta edición del siglo XIX coinciden con los fragmentos del libro original que se conserva en el citado museo. Y gracias a ella sabemos el orden en que estaban distribuidos sonetos y dibujos.


Postura número V del libro del conde de Waldeck, que se conserva en el Museo Británico. Los dibujos de esta edición son más relamidos y han perdido la fuerza expresiva de los grabados originales. Son grabados a partir de dibujos a aguada de acuarela y plumilla realizados por el propio conde, basándose en calcos del escultor francés Gérard y en los grabados originales que aseguraba haber encontrado en México.



Postura IV del libro del conde de WaldeckSe conservan al menos dos ediciones de esta serie de dibujos, una en el la Biblioteca Nacional de París y otra en el Museo Británico.



Postura VIII del libro del conde de Waldeck. El estilo es claramente neoclásico tan del gusto de la época, y a pesar de la aparente perfección anatómica los dibujos muestran cierta torpeza en la ejecución, algo que no pasaba en los dibujos originales de Giulio Romano.



 Postura IX del libro del conde de Waldeck.
Es la postura llamada “La carretilla”, como se la conocía popularmente.
        A pesar de que los dibujos de I Modi y los realizados posteriormente inspirados en él y aquí citados, el tema fue recurrente en la época. Todos los artistas, de Miguel Ángel a Rafael y de Leonardo da Vinci a Rembrand -por solo citar a cuatro de los más grandes- realizaron dibujos eróticos. 
Quizá otro día les dedique otro blog.

Breverismos con el monotema, o sea…

472)  EL MOMENTO DESEADO
Estuvieron tanto tiempo deseando que llegara aquel momento que cuando llegó, no sabían qué hacer. Ella encendió un cigarrillo, él se preparó otra copa, ella puso el disco que tanto le gustaba, pasearon por la habitación, comprobaron cien veces la  hora en el reloj que estaba en el estante de la librería, se asomaron a la ventana para contemplar cómo atardecía… hasta que los dos,  al mismo tiempo y sin mirarse, dijeron:
-Bueno, yo creo que…
Y la risa, cómplice, los desnudó y los llevó de la mano a la cama.

 738)  FÍSICA IGNORANTE       
Siempre brindaron con vino blanco frío, desde el primer día en que la coincidencia en sus gustos acercó sus cuerpos aún más. Y cuanto más calentaba la pasión  más se enfriaba el vino en sus copas, contradiciendo las leyes de la Física que, como Ciencia que era, demostró, una vez más, su ignorancia.

797)  OPTAR
Entre la desenfrenada vida sexual y la tranquila mansedumbre optó por la segunda… eso sí, a los 78 años.

Mañana algo de otra cosa más tranquilita.


















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