martes, 19 de marzo de 2013

BREVERISMOS. MARTES 19 DE MARZO DE 2013


Hoy, a pesar de que le he jurado a  Angelina Jolie que me llamo José y que por ser mi santo pues eso, me ha dicho, una vez más, que no. Así que me he entretenido viendo unas paginillas porno y releyendo un libro que en su día me interesó mucho y que –a ver qué remedio- hoy me consoló en mi decepción.
     Y es que desde que está con Brad Pitt ya ni me mira, y eso que vivo enfrente, y coincidimos en el supermercado, y que además he cambiado de peinado, a ver si así…


Oye, pues nada… así que, como os decía estoy releyendo un libro apasionante para aquellos a quienes guste la Historia antigua y la arqueología. Me refiero a Dioses, tumbas y sabios, escrito por el alemán C. W. Ceram.
     Publicado en 1949 fue el primer gran libro de divulgación pura que acercó al público el mundo antiguo de forma sencilla y amena, sin perder la erudición que de él se esperaba. Estoy seguro de que se siguen haciendo ediciones y, además, acabo de ver en Internet que se puede descargar gratis, que algo es algo. 



Esta es la portada de la primera edición española. Esta obra se divide en cuatro partes, dedicadas a Grecia, Egipto, Mesopotamia y las civilizaciones precolombinas, haciendo hincapié en las excavaciones arqueológicas.
    Me interesó especialmente la parte dedicada al descubrimiento de Troya por parte del alemán Heinrich Schliemann.



Schliemann fue un millonario prusiano obsesionado con el mundo griego antiguo desde que, de pequeño, se sumergió en la lectura de la Iliada y la Odisea. Provisto una inteligencia extraordinaria a los 33 años ya era rico y dominaba 15 idiomas, entre ellos el griego, que estudió especialmente con la intención de dedicarse a la arqueología.
Ya establecido en Grecia se divorció de su mujer alemana y, a los 56 años se casó con una griega de 16 (tonto que era) que acabaría siendo imprescindible ayudante en su búsqueda.
     En el año 1870 comenzó a excavar en Hisarlik, Turquía, en el lugar que según los indicios históricos y literarios se podría encontrar la ciudad de Troya. Y la encontró en 1873, junto gran cantidad de objetos y joyas de oro al que llamó El Tesoro de Príamo.


 En esta imagen aparece Sophia, la mujer de Schliemann, luciendo las joyas encontradas, imagen que ha pasado a la Historia de la Arqueología.



Esta fotografía muestra, in situ, el Tesoro de Príamo, nada más ser extraído, con parte de los objetos de oro y joyas encontrados. 

Breverismos troyanos

 3421)  HISTORIA
Al escribir la historia de la caída de Troya Homero se inventó gran parte del relato, quitando crueldad y tragedia… y añadiendo una apasionada  historia de amor. Y así todo resultó mucho más humano.

3910)  TROYA
Las ruinas de Troya estaban tan ruinosas cuando las descubrió Schliemann  que el gobierno turco las organizó al gusto de los turistas, es decir, ruinas que no estuvieran muy ruinosas, junto a una reproducción de plástico del célebre caballo que relinchaba cuando le echabas un euro por el culo.

4549)  CABALLO DE TROYA
Estuvo oculto durante tanto tiempo dentro del Caballo de Troya que, cuando al fin salió, el guerrero relinchaba, daba coces y andaba a cuatro patas. La bella Elena se negó a huir montada en aquel ser que no era ni hombre ni caballo ni centauro y que además, lo dejaba todo perdido de estiércol.


Recomendación de hoy

Además del libro citado y dentro del tema tratado hoy, recomiendo dos películas. La primera es espectacular en su imagen y tratamiento y se titula 300. Estrenada en 2007 y dirigida por Zack Snyder relata la historia del rey de Esparta Leónidas en su lucha contra Jerjes, el rey persa. Impactante y sorprendente.
     Ahí va un trailer de dos minutillos.


Y este es el cartel de la peli.




La segunda película es la archiconocida Troya que no debería molestarme en recomendar puesto que ya la habréis visto todos.
     Dirigida en 2004 por Wolgang Petersen cuenta la historia de Hector, Aquiles y Paris en la caída de la ciudad de Troya, con un increíble –de no creíble- Aquiles-Supermán interpretado por Brad Pitt, que luce cuerpo serrano. Con el añadido de una historieta semisutil homoerótica-mariconil entre Aquiles y Patroclo que, para disimular, el guionista los convierte en primos.
     Interesante nada más que por la ambientación (edificios, ropajes, armaduras, armas…) pero exagerada en su tratamiento de trucos digitales. En tres palabras y una cifra: me quedo con 300.



Mañana más.



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